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¿Qué hacer cuando ya no cabe más gente? Es la pregunta que se plantean municipios y comunidades autónomas que empiezan a recibir turistas en masa en zonas a las que antes solo iban unos pocos o, al menos, no tantos. Es el caso del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, “situado en el mismo corazón de los Pirineos y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, acoge a millares de personas que desean disfrutar del rostro más hermoso de la Madre Naturaleza”, conforme describe su propia página web. No obstante, esos “millares de personas” no dejan de multiplicarse y la situación ha hecho que empiecen a plantearse medidas contra la masificación.
El diario local Heraldo da cuenta de la presencia incómoda de miles de coches y personas que acceden cada día a la zona en verano y que convierten el idílico paisaje en una escena desvirtuada de lo que fueron y deberían ser Ordesa y Monte Perdido. Sin embargo, se han puesto sobre la mesa soluciones para restaurar la imagen del lugar. El citado medio recoge una conversación con Elena Villagrasa, la directora del Parque, que ha asegurado que ya se están barajando varias opciones para mejorar el sistema de visitas.
Entre las medidas que se están valorando se encuentra la creación de un sistema de reservas que limite el acceso y garantice el disfrute del lugar para todos aquellos que quieran acudir. Se trataría de un sistema de solicitud ‘on line’ de plazas de aparcamiento y billete de autobús, que ayudase a gestionar el acceso al Parque Natural. De este modo, se evitaría la presencia de vehículos estacionados a los lados de la carretera que dificultan el paso.
Villagrasa también señala que para afrontar estos problemas se está trabajando en el Plan de Movilidad Sostenible, que empezó a trazarse a principios de año y ya está en su última fase. En noviembre se presentará el informe técnico, elaborado tras las reuniones con alcaldes, empresarios o vecinos de los cuatro sectores para identificar los problemas y sugerir soluciones. El documento hará unas recomendaciones y en base a las mismas se tomarán decisiones políticas.
Buena parte de España vive del turismo y buena parte de ella está abocada a morir de éxito si no se aplican las medidas necesarias. Los entornos naturales no son los únicos que se ven afectados. La masificación amenaza pueblos y ciudades de todo el país por un modelo turístico que se ha revelado insostenible. A principios de este verano, vecinos de Barcelona, San Sebastián, Canarias, Mallorca, Cádiz y Málaga, entre muchos otros, salieron a la calle para pedir a sus gobiernos autonómicos y locales un cambio.
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Según infobae.com