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La vivienda en los grandes centros urbanos es un quebradero de cabeza constante debido a la falta de espacio disponible para construir nueva vivienda a un precio asequible. Tras años de avance de la gentrificación del centro de las grandes ciudades, los edificios de oficinas han desplazado a los ciudadanos a las afueras elevando el precio de la vivienda que se mantenía.
Ahora, el mercado de alquiler de oficinas no se encuentra en su mejor momento. Barcelona toma ejemplo de otras ciudades del mundo y busca reducir la tensión inmobiliaria convirtiendo oficinas vacías en viviendas.
La idea: convertir oficinas en apartamentos. La escasez de terrenos para construir vivienda y la urgencia de los promotores inmobiliarios por quitarse de encima la patata caliente que supone tener miles de metros cuadrados de oficinas vacías han hecho que ambas partes acuerden llevar a cabo una serie de modificaciones normativas para recalificar los edificios de oficinas vacíos de la ciudad condal como vivienda.
El caso de Barcelona no es aislado, en grandes ciudades como Londres, San Francisco o Nueva York ya se están tomando medidas similares para rentabilizar los edificios de oficinas vacíos que, en este momento, tienen muy poca demanda.
El teletrabajo ha vaciado las oficinas. El impacto del teletrabajo en el mercado del alquiler de oficinas es innegable y las políticas de vuelta a la oficina no están devolviendo a los empleados a las oficinas, sino que las empresas apuestan por flexibilizar las jornadas con modelos de trabajo híbrido. El resultado es que las empresas cada vez necesitan menos espacio de oficina.
El informe The Office Property Telescope 2023 elaborado por la consultora EY, revela que Madrid y Barcelona tienen una tasa de desocupación de oficinas del 10% con tendencia a incrementarse en los próximos meses. Según este informe, la ciudad condal tiene en marcha 73 proyectos de nuevas oficinas que debían entregarse en 2023, pero que o no se completarán o se entregarán en 2024 ante la baja demanda del mercado de oficinas en la actualidad.
Allanar el camino con nuevas normas. La normativa de vivienda en Barcelona obliga a los constructores a dedicar el 30% de las nuevas promociones inmobiliarias a vivienda social. En declaraciones a La Vanguardia, Xavier Vilajoana, presidente de la Asociación de Promotores de Cataluña (APCE) afirmaba: “Esta obligación ha frenado toda la actividad promotora en la ciudad, a cambio de aportar solo 52 viviendas sociales desde el 2018”.
Visto que la fórmula no incentiva la creación de nueva vivienda, la comisión de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras, Movilidad y Vivienda del Ayuntamiento de Barcelona plantea una reforma del reglamento y propone que los promotores paguen directamente ese 30% al consistorio. Este nuevo impuesto les libera de la obligación de destinar parte de su promoción a ese fin. Los promotores creen que esa imposición contribuirá a elevar todavía más el precio de la vivienda. En 2023 el suelo construido en Barcelona se paga a 4.131 euros el metro cuadrado.
Facilitar los trámites para el cambio de uso. Aunque pueda parecer que cambiar de uso un edificio de oficinas en una vivienda se limita a dividir el espacio de cada planta y ya está, la realidad es que el proceso administrativo es algo más complejo. Ahí es donde los promotores que se dieron cita en el salón del sector inmobiliario The District en Barcelona han pedido al alcalde de Barcelona y autoridades autonómicas un compromiso para flexibilizar y agilizar los trámites de las cédulas de habitabilidad y las licencias de cambio de uso.
No es la primera vez que una iniciativa así se lleva a cabo en Barcelona ya que tras la crisis inmobiliaria de 2008, la ciudad ya transformó 500.000 m2 de oficinas en viviendas y hoteles.
Reconversión de las oficinas para encajar el teletrabajo. La intención de los promotores no siempre va orientada a eliminar de forma definitiva el suelo de oficinas disponible en distritos con fuerte presencia empresarial de Barcelona como el 22@, sino más bien replantear el espacio como un lugar en el que vivir y trabajar, con fórmulas de coliving, como las que se están utilizando en los espacios de coworking rural, donde se ofrece alojamiento y un espacio adaptado para el teletrabajo.
De ese modo, al poner en el mercado más vivienda disponible, se pretende rebajar la tensión inmobiliaria que existe en determinados distritos del centro contribuyendo a rebajar los precios de alquiler, sin eliminar por completo la oferta de espacio para oficinas o teletrabajo.
En Xataka | Oficinas vacías, suburbios caros: cómo el teletrabajo está transformando el mercado inmobiliario
Imagen | Pexels (Aleksandar Pasaric)
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