* xataka.com * #android #tech #tecnologia
Los nuevos Samsung Galaxy S25 marcan el inicio del año en la gama alta del smartphone, pero también nos hablan del comienzo de una nueva tendencia: la de la guerra por crear el smartphone más delgado. Samsung nos mostró fugazmente el Galaxy S25 Edge y los rumores de un iPhone 17 Air para este otoño son demasiado coincidentes como para obviarlos, a falta de la confirmación oficial.
Ambos prometen ser los teléfonos más delgados jamás creados por sus respectivos fabricantes.
La pregunta es si realmente necesitamos móviles más finos. La historia nos ha enseñado que la obsesión por la delgadez suele tener consecuencias. El iPhone 6 de 2014, con sus 6,9 mm, fue tan fino que acabó protagonizando el bendgate. Y los primeros Galaxy Edge, aunque innovadores, sacrificaron durabilidad por diseño.
Lo interesante de esta tendencia no es tanto la tecnología en sí, sino el momento elegido. Llevamos años viendo cómo los fabricantes han ido engrosando sus dispositivos para incluir baterías más grandes, mejores sistemas de cámaras y más sensores.
Evolución. Apple pasó de los 7,6 mm del iPhone 8 a los 8,25 mm del iPhone 16 Pro. Samsung hizo lo propio con su línea Galaxy. Y los usuarios nunca se quejaron de que sus teléfonos fueran "demasiado gruesos". En todo caso, es habitual leer una petición bastante recurrente: más batería aunque sea a costa de un mayor grosor. Y aunque Oppo, Huawei o Vivo ya lanzaron en el pasado modelos en esta horquilla de grosores, nunca marcaron una tendencia comercial real. Apple y Samsung, como líderes, sí están capacitados para hacerlo.
El precio de la delgadez es alto. Según las filtraciones, el iPhone 17 Air tendrá una única cámara trasera en lugar de dos o tres, y sacrificará uno de sus altavoces. Samsung, por su parte, ha reducido su Galaxy S25 Edge a dos cámaras. Son compromisos importantes en 2025, cuando la fotografía móvil define la gama alta.
¿Por qué ahora? La respuesta puede estar en los plegables. Apple lleva años trabajando en su iPhone plegable, y Samsung ya domina ese formato, que por otro lado está lejos de lo que marcaban las expectativas hace seis años, cuando llegaron los primeros.
Un teléfono plegable necesita ser lo más delgado posible cuando está desplegado para no resultar excesivamente grueso al plegarse. Estos nuevos modelos ultradelgados bien pueden ser campos de pruebas para tecnologías que acabarán en futuros plegables. El Oppo Find N5 apunta justo en esa dirección: un plegable ultradelgado.
También existe un factor de diferenciación. Tras años de iteraciones incrementales, tanto Apple como Samsung necesitan algo que haga destacar sus dispositivos. La delgadez extrema, aunque pueda parecer un retroceso, es visualmente impactante. Es el tipo de característica que hace que la gente se pare en las tiendas o detenga su mirada al detectar un móvil así en mano ajena. Y eso es algo que las marcas anhelan.
Pero el éxito de estos dispositivos dependerá de si los compromisos merecen la pena. El iPhone mini fracasó porque ocupaba un nicho que nadie había pedido. O mejor dicho, que no pidió la suficiente cantidad de clientes. ¿Será diferente con los ultradelgados? Samsung parece partir con cierta cautela, limitando el lanzamiento del S25 Edge a mercados seleccionados.
La industria móvil se mueve en ciclos. Esta oleada de dispositivos ultradelgados marca el inicio de otro. Pero esta vez, la tecnología podría estar pavimentando el camino hacia algo mayor: la próxima generación de plegables.
Apple y Samsung apuestan fuerte. Veremos si los consumidores sacrifican funcionalidad por estilo. La guerra por el móvil más delgado solo ha hecho que empezar.
Imagen destacada | Xataka
source
Segun xataka.com