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Hace unas semanas, la euforia invadía los mercados cripto. Todo era color de rosa y las predicciones más optimistas nos hablaban de ir a la luna. Sin embargo, el panorama ha cambiado bastante. Los ánimos están más bajos y la incertidumbre se ha apoderado de los inversores.
¿A qué se debe este cambio de humor? Principalmente, a factores externos que escapan al control del mercado cripto. La economía global está generando preocupaciones: el fantasma de la inflación vuelve a acechar, el mercado laboral está sobrecalentado y, como consecuencia, la Reserva Federal parece dispuesta a mantener las tasas de interés altas.
Este escenario macroeconómico, que afecta a todos los mercados, está generando desconfianza en los inversores y está llevando a una fuerte corrección en el precio de las criptomonedas. La esperanza de ver bajar las tasas y un mayor flujo de liquidez hacia activos de riesgo se ha desvanecido, al menos por ahora.
La inflación, un dragón dormido (por ahora)
Parece que la inflación, ese dragón que nos ha estado asando a todos, está empezando a echar humo blanco. ¿A qué se debe este cambio de rumbo? Pues, en gran parte, a que las cadenas de producción y distribución se han puesto las pilas. Ya saben, eso de que los barcos se atasquen en los puertos y que falte de todo en los supermercados… ¡Eso parece ser cosa del pasado!
Pero no solo las cadenas de producción han hecho su trabajo. La Reserva Federal, esa especie de mago que mueve los hilos de la economía mundial, también ha metido mano. Con sus trucos de magia financiera, han logrado enfriar un poco el sobrecalentamiento de la economía.
¿Y qué significa todo esto para nosotros? Pues que la Reserva Federal, viendo que la inflación está más controlada, podría empezar a bajar las tasas de interés. ¡Y eso es una buena noticia para todos los que tenemos inversiones!
Pero ojo, que no cantemos victoria todavía. Aunque la inflación esté bajando, sigue siendo un peligro latente. Y es que la deflación, que es lo contrario a la inflación (o sea, cuando los precios bajan demasiado), puede ser incluso peor. Imaginen una economía estancada, con empresas cerrando y gente sin trabajo. ¡Nada agradable!
Así que estamos en un equilibrio bastante delicado. La inflación puede volver a despertar en cualquier momento, por eso hay que estar atentos a cualquier señal.
La situación ha mejorado, pero no nos confiemos. La economía es como una montaña rusa, con sus subidas y bajadas.
- El mercado laboral, un termómetro al rojo vivo
A simple vista, un mercado laboral fuerte suena genial, ¿no? Más gente trabajando, más dinero circulando… ¡Toda una maravilla!
Pero hay que tener cuidado, porque no todo lo que brilla es oro. Si la economía está generando muchos empleos, pero la productividad no va a la par, estamos en problemas. ¿Por qué? Porque la demanda de bienes y servicios crece más rápido que la oferta, y eso, amigos, es una receta infalible para la inflación. Es como querer comprar un iPhone 15 nuevo, pero que solo haya 10 en todo el país. ¡Los precios se van a las nubes!
Ahora, con el mercado laboral tan caliente, la Reserva Federal se encuentra en un dilema. Si baja las tasas de interés para estimular la economía, podría estar echando leña al fuego de la inflación. Imagina que la Fed baja las tasas y la gente empieza a pedir préstamos a diestro y siniestro para comprar casas, automóviles y demás. ¡La demanda se dispararía aún más y la inflación se nos iría de las manos!
Los inversores, claro está, no son tontos. Saben que una inflación alta es mala noticia para sus inversiones. Por eso, cuando ven que la Fed se muestra cautelosa y no baja las tasas tan rápido como esperaban, el optimismo se esfuma. ¡Y eso se nota en los mercados, créanme!
Aranceles: ¿La solución o el problema?
Los aranceles: ¿Qué son? Pues, básicamente, son como impuestos que se le ponen a los productos que vienen de otros países. Suena sencillo, ¿no? Pero las cosas no siempre son tan simples.
Imagina que eres una empresa estadounidense que fabrica sus productos en China. Si tu país decide poner aranceles a las importaciones de China, tus productos se vuelven más caros de traer. ¡Y eso es un problema! Porque si tus productos se encarecen, menos gente los va a comprar y tus ganancias se van a ver afectadas. ¡Ouch!
Pero eso no es todo. Cuando los productos importados se encarecien, las empresas locales pueden aprovechar para subir sus precios. ¿Por qué? Porque ya no tienen tanta competencia. Y si los precios suben, adivinen qué… ¡La inflación vuelve a asomar la cabeza!
Claro, a largo plazo, los aranceles pueden tener algunos beneficios. Por ejemplo, pueden ayudar a las empresas locales a crecer y generar más empleos. Pero, ¿a qué costo? En el corto plazo, los consumidores son los que pagan los platos rotos. Y los inversores, claro está, tampoco están contentos. A nadie le gusta la incertidumbre y la inflación es una gran fuente de incertidumbre.
Conclusión
¿Qué tiene que ver Bitcoin con todo este lío de aranceles, inflación y mercados laborales? ¡Pues más de lo que te imaginas! Los que compramos y vendemos criptomonedas somos personas de carne y hueso, con nuestros miedos y nuestras esperanzas. Y como cualquier otra persona, nos vemos afectados por lo que pasa en el mundo.
Si la economía va mal, si hay incertidumbre, si los precios suben… ¡Pues claro que eso va a influir en nuestras decisiones de inversión! Si estamos preocupados por perder nuestro trabajo o por no poder llegar a fin de mes, lo último que vamos a pensar es en comprar más Bitcoin. Y si todos pensamos igual, pues el precio de Bitcoin se va a resentir.
Así que, aunque Bitcoin es un mundo aparte, está muy conectado con el mundo real. Y todo lo que pasa a nuestro alrededor, tarde o temprano, termina afectando a nuestras carteras. ¡Así que ojo al parche!
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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Según es.cointelegraph.com