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Toyota y el coche eléctrico, esa relación que desde fuera parece de amor-odio y desde dentro parece tener todo el sentido del mundo. "Lo que el consumidor pida", dijo Toyota y así hará. La racionalidad aplicada al mercado del automóvil y del coche eléctrico. Incluido China.
El primer paso. Toyota es, en estos momentos, el mayor fabricante de coches del mudo. En 2023 colocó en el mercado 10,31 millones de vehículos, lejos del alcance de Volkswagen que se quedó en 9,24 millones de coches el año pasado, según cifras recogidas por Statista.
El poderío de Toyota se ha asentado, evidentemente, en el coche híbrido porque el eléctrico está casi desaparecido de su oferta. El Toyota bZ4X ha sido un fracaso comercial, incluida una producción que ha estado llena de dolores de cabeza. El esperado salto al coche eléctrico del mayor fabricante del mundo ha sido un fracaso hasta ahora.
El eléctrico para Toyota. Estos primeros pasos han hecho que muchos duden de la capacidad real de Toyota para adaptarse al coche eléctrico. No es la única compañía nipona que está teniendo dificultades y que se resiste a lanzarse a los brazos de esta tecnología sin ningún tipo de contemplación.
En 2021, la compañía nos vendió que tenía un plan muy ambicioso de cara a 2030. Para entonces esperaba haber lanzado al mercado hasta 30 nuevos modelos a batería. Sin embargo, la posición de sus dirigentes ha ido desviándose de este objetivo con el tiempo. Se ha hablado de que el eléctrico no será la opción principal o que invertir más dinero del ya comprometido es "desperdiciarlo".
Con todo, las declaraciones se han ido suavizando con el paso del tiempo. Hasta el punto que la estrategia parece marcada por la extrema racionalidad. La compañía sí apostará por el eléctrico pero solo allí donde las regulaciones les obliguen y siempre que el público lo pida. Europa y China, por ejemplo.
Un mercado especial. El gran problema para los fabricantes nipones es que están viendo cómo pierden terreno en China. Toyota, pero también Honda o Nissan, están perdiendo fuerza a pasos agigantados en un mercado que gira hacia las compañías locales y está apostándolo todo por el coche eléctrico.
En China, Toyota está aliada con BYD. Los reguladores han obligado a la inmensa mayoría de las marcas a aliarse con los fabricantes locales en joint venture conjuntas para poder comerciar dentro de sus fronteras. Eso sí, en el caso de Toyota, aliarse con el gigante chino más potente en estos momentos le permite poner en el mercado el Toyota bZ3, que solo se vende en el país asiático.
Las particularidades son transversales a la propia mecánica del vehículo. A las compañías extranjeras les está costando hacerse un hueco en el mercado chino porque sus vehículos son demasiado caros y no se adaptan a las exigencias de los clientes que cada vez apuestan más por una experiencia única en el habitáculo y menos por entender el coche exclusivamente como un medio de transporte.
Un éxito que bien vale una fábrica. Pese a ello, Toyota parece haber encontrado un filón a explotar en China. Según Nikkei, la compañía está manteniendo conversaciones con las autoridades chinas para levantar una fábrica de Lexus en el país. Quieren poder operar de forma individual, como hace Tesla, y no depender de una colaboración con una compañía local.
Según The Japan Times, la intención de la compañía es poder fabricar sus propios vehículos de Lexus en China a partir de 2027. Las conversaciones se habrían iniciado al comprobar el buen resultado que estos vehículos le están dando en dicho mercado. De hecho, en 2023 ya vendió 180.000 vehículos firmados por Lexus en el mercado chino.
Con una fábrica en el país vecino, Toyota aspira a poder producir los coches de Lexus a un precio inferior pero, sobre todo, cumplir con sus compromisos de saltar al coche eléctrico por completo en 2035 con su firma premium y cumplir con los pronósticos de vender un millón de Lexus eléctricos en 2030, según el diario económico asiático.
Un vehículo por y para China. Entre los últimos movimientos de Toyota que parecen acercarlos al mercado asiático está el lanzamiento del Lexus LM, un monovolumen difícil de entender fuera del mercado chino. De hecho,, fue en el Salón de Shanghai donde se presentó el modelo.
La furgoneta se puede configurar con dos enormes butacones en la parte trasera y una pantalla de 48 pulgadas, buscando que los pasajeros se olviden por completo de que están dentro de un coche. Esta tendencia, la de los monovolúmenes de lujo, se ha extendido por China en los últimos tiempos. Butacones, pantallas gigantescas y todo tipo de accesorios intentan brindar al cliente la mejor experiencia.
Y dos retrasos que dan una pista. Apuntan en Carscoop que hay otro motivo para dar por hecho que las conversaciones entre ambas partes parecen estar avanzadas. Hace unos días se supo que los Lexus LF-ZC y LF-ZL se retrasaban hasta 2027.
Esto, aseguran, que es importante porque son vehículos eléctricos que se construirán mediante Giga Press, el proceso que ha hecho famoso a Tesla por reducir significativamente los tiempos productivos. Esta reducción en los tiempos supone un ahorro tremendo de costes pero obliga a construir una planta desde cero, lo que estaría buscando Toyota con este nuevo emplazamiento.
Foto | Lexus
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