* xataka.com * #android #tech #tecnologia
Que un país tenga una palabra para describir específicamente las defunciones por exceso de trabajo (Karoshi) dice mucho de su cultura laboral. Japón ha tenido que imponer por ley el número mínimo de días festivos que los empleados deben tener a la semana, y el número de horas extra que pueden hacer. No por las empresas, sino porque son los propios empleados quienes renuncian a ellos.
En ese contexto, no es extraño que el modelo de jornada laboral de cuatro días no se esté implantando al ritmo que el gobierno necesita para reactivar la economía y el consumo interno.
Semana laboral de cuatro días en Japón: un reto cultural. Japón, conocido por su cultura laboral intensa, lanzó una iniciativa en 2021 para reducir la jornada laboral y disminuir los costes asociados. Sin embargo, el gobierno nipón no ha conseguido convencer a sus trabajadores de la necesidad de adoptar la semana laboral de cuatro días.
El principal problema radica en la cultura laboral del país en la que muchos trabajadores se resisten a la idea de tomar un día más de descanso al que le impone la ley. La fuerte presión social por parecer comprometidos con la empresa, hace muy complicada la adopción de este nuevo esquema de jornada reducida.
Según informaba The Associated Press, el 85% de las empresas aseguran que obligan a sus empleados a hacer dos días libres a la semana y tienen limitadas las horas extra retribuidas. Sin embargo, muchos de ellos optan por hacer voluntariamente “horas extra de servicio” que ni se registran como horas extra ni se retribuyen.
Japón necesita reducir la jornada laboral. Las distintas pruebas piloto que se han hecho en el mundo sobre la jornada laboral de cuatro días coinciden en que la reducción de la jornada incentiva el consumo interno. Los empleados salen de compras, gastan más en ocio y entretenimiento, según se desprende de los datos del proyecto piloto que se hizo en Valencia.
La economía japonesa se encuentra estancada, por lo que el gobierno se ha propuesto mejorar la productividad del país y sacar a sus empleados de las oficinas para incentivar el mercado interno. Para ello, el ejecutivo ha activado distintas campañas para reducir las muertes por exceso de trabajo, mejorar la flexibilidad y endurecer los límites de horas extras y días festivos con iniciativas como hatarakikata kaikaku (reforma del estilo de trabajo) que apuesta por la jornada laboral de cuatro días.
Los japoneses no quieren trabajar menos. Contra todo pronóstico, el principal escollo que está encontrando la implantación de la jornada laboral de cuatro días en Japón no está siendo el tejido empresarial, sino la masa laboral. Panasonic, una de las principales empresas del país, adoptó la medida en 2022, según informaba Business Insider.
No obstante, de los 63.000 empleados que podían acogerse a los planes de reducción de jornada en la multinacional nipona, solo 150 han optado por trabajar cuatro días a la semana. El gigante de la automoción Toyota también está poniendo su granito de arena en este cambio en la cultura laboral, modificando su sistema productivo para implementar la semana laboral de cuatro días.
No es solo el consumo, es la productividad. Pese a tener una cultura laboral tan estoica, la productividad es uno de los grandes problemas de Japón. El envejecimiento de la población, además de ser un problema por su natalidad, conduce al país a una importante crisis de escasez de mano de obra.
Según informacionespublicadas por Reuters, un estudio respaldado por el gobierno japones estima que el país se enfrenta a una escasez de casi un millón de trabajadores para 2040. Eso le obliga a optimizar los procesos de trabajo y mejorar la productividad de sus industrias. Algo que la semana laboral de cuatro días ha demostrado conseguir.
Imagen | Unsplash (Amos Bar-Zeev)
source
Segun xataka.com