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Samsung lleva un buen tiempo apostando por el gaming a través de buena parte de su oferta de productos. Sin embargo, desde que estrenaron su línea de monitores Odyssey, la compañía surcoreana quiso subir el listón y tomarse más en serio su participación en este segmento. Todo ello mediante uno de los aspectos que mejor se les da: sus paneles.
En Xataka hemos experimentado de primera mano las bondades de los monitores Odyseey de Samsung generación tras generación. Y ahora, en un contexto en el que la compañía se encuentra en su mejor estado en la industria de los televisores con su tecnología QD-OLED, ha querido trasladar también parte de esta experiencia en su última gama de monitores Samsung Odyssey.
Samsung Odyssey OLED G80SD, ficha técnica
SAMSUNG ODYSSEY oled g8 32″ (g80sd) |
|
---|---|
Panel |
OLED (QD-OLED) de 32 pulgadas Relación de aspecto 16:9 HDR10+ |
Resolución |
3.840 x 2.160 píxeles (4K UHD) |
FRECUENCIA DE REFRESCO MÁXIMA |
240 Hz |
brillo típico |
200 nits |
brillo mínimo |
250 nits |
relación de contraste |
1.000.000:1 |
tiempo de respuesta |
0,03 ms GtG |
ÁNGULOS DE VISIÓN |
178°(H)/178°(V) |
COBERTURA DE COLOR DCI-P3 |
99% |
conectividad |
DisplayPort 1.4 HDMI 2.1 USB Hub AMD FreeSync Premium Pro |
sistema operativo |
Tizen OS 2024 |
dimensiones |
719,7 x 584,6 x 263,5 mm (con peana) |
peso |
8,4 kilos (con peana) |
precio |
Una apuesta por todo lo alto en el gaming
Recientemente, la firma lanzó al mercado una nueva generación de sus monitores Odyssey a través de dos modelos: Samsung Odyssey OLED G60SD y G80SD. Además de los mencionados, la firma actualizó su gigantesco y curvo Odyssey OLED G95SD con parte de las características de sus hermanos menores más recientes. En nuestro caso, hemos tenido la oportunidad de probar durante un buen tiempo el G80SD y bajo estas líneas te cuento qué nos ha parecido tras varias semanas de uso.
Como he mencionado arriba, Samsung quiso apostar fuerte por Odyssey y adentrarse en un segmento altamente competitivo como lo es el gaming. En el mercado existen excelentísimas propuestas de monitores con altas tasas de frecuencia de refresco, gran calidad de imagen, ínfimos tiempos de respuesta, y mucho más. Samsung lleva ofreciendo todo esto y más durante los últimos años, aunque en esta nueva generación, la firma eleva aún más la experiencia de juego con una serie de especificaciones que no dejan indiferente a nadie.
El monitor al que he tenido el placer de estar al frente cuenta con un tamaño de 32 pulgadas (sustancialmente más grande que los monitores que suelo utilizar en mi día a día), resolución 4K UHD, tecnología de panel QD-OLED y una tasa de frecuencia de refresco nativa de hasta 240 Hz. Habiendo leído esto, está claro que nos encontramos ante un monitor premium que compite con muy pocas propuestas del sector.
La compañía ha puesto toda la carne en el asador en estos monitores con una apuesta arriesgada en un lanzamiento conjunto entre su gama de monitores Odyssey, sus Smart Monitor (monitores los cuales comparten varias de las características de los Odyssey) y su gama de monitores enfocados a entornos laborales y de creación de contenido. Arriesgada porque Samsung suele dividir el lanzamiento de sus monitores a lo largo de todo el año y no un lanzamiento conjunto de todas sus gamas. Además, Odyssey es una línea dirigida a un público en específico y aquel que escoja algún monitor de esta nueva generación, contará con una serie de especificaciones técnicas muy completas, pero también hará un sustancial desembolso.
Evolución en diseño y materiales premium
Además de sus principales especificaciones técnicas, la nueva generación de monitores Odyssey también destaca especialmente en su diseño, donde Samsung ha querido apostar por materiales más premium en su construcción mientras que mantiene un tono serio y neutral que se deja ver a través de sus colores y formas.
El G80SD presenta bordes metalizados muy elegantes y una peana construida a partir del mismo material. Sin embargo, contrasta con la parte trasera, en la que la mezcla del plástico blanco con textura mate conquista gran parte de la superficie posterior. Las rejillas de disipación se encuentran en la parte superior, mientras que la inferior va reservada a los altavoces integrados del panel.
El toque que no puede faltar (a veces por desgracia) y que delata el segmento al que va dirigido Odyssey es el sistema de iluminación Core Lightning, un halo de LEDs RGB completamente personalizable que ya hemos visto otras veces en anteriores generaciones.
Samsung ha agregado además en el panel una capa antirreflejos con una textura mate que logra eficazmente su propósito. De esta manera, nos será más fácil disfrutar de nuestros juegos y contenido en ambientes especialmente iluminados. Sin embargo, es un añadido que puede dar lugar a debates en un panel con tecnología OLED, ya que con el panel mate perdemos parte de ese contraste que tanto gusta, dispersando la luz en gran parte de la superficie del panel.
En nuestra experiencia, a pesar del panel antirreflejos, se desenvuelve francamente bien, pero sí recomendamos disfrutar del panel sobre todo en ambientes algo menos iluminados, así eliminamos esa dispersión de luz que puede afectar al contraste y brillo del panel. La decisión es arriesgada cuanto menos, sobre todo porque no hay opción de obtener este monitor sin su capa antirreflejos. De los tres monitores Odyssey, tan solo el G95SD no tiene esta capa. Lo dicho, no molesta en entornos poco iluminados, así que tampoco acaba siendo un drama.
Entre las posibilidades de conexión que ofrece este monitor, encontramos dos puertos HDMI 2.1, un DisplayPort, dos puertos USB 3.0 y un puerto USB 3.0 de tipo B. Además, el propio soporte del monitor incluye una banda de silicona para amarrar los cables y que queden bien recogidos, una solución que se agradece para todos aquellos que aprecian la gestión de cables.
Hago mención especial al soporte que viene incluido con el monitor. Y es que es sorprendentemente fácil acoplar la peana del monitor al soporte, sin la necesidad de tornillos y una acción que podremos realizar en un movimiento. Para ello tan solo debemos colocar el soporte encima de la peana y hacer un giro de muñeca para que quede perfectamente centrado y con un fuerte agarre. Una vez hecho esto, la compatibilidad con el soporte VESA culmina el montaje del panel en el soporte.
Un detalle que no está de más dejar por escrito tiene que ver con la fuente de alimentación que incluye el monitor. Y es que hay que tener en cuenta que el transformador es bastante grande. No es para menos, pues debe alimentar un panel con unas características técnicas muy completas. Sin embargo, no hay que perder de vista el importante calor que genera el aparato, tanto que no me he atrevido a dejar la mano puesta más de tres segundos a pleno rendimiento. Además, el conector en el que se acopla el cable que va a la fuente de alimentación no queda completamente encajado en el conector, dando la sensación de que se puede caer en cualquier momento.
Jugar con el HDR activo en este monitor es una experiencia espectacular
Este monitor va acompañado además del mando a distancia SolarCell de Samsung, que tiene la peculiaridad de tener un panel en la parte posterior que sirve para acumular la energía proveniente de la luz solar y luz de interior. Esto hace que no sea necesario utilizar pilas para su funcionamiento, aunque por si acaso cuenta además con un puerto USB-C para cargarlo. Este mando se incluye en los televisores y monitores más recientes de la compañía y, dadas sus características, recomendamos siempre dejarlo boca abajo para que nunca le falte energía.
El panel QD-OLED de última generación muestra una calidad de imagen de otro planeta
Como habíamos adelantado previamente, estamos ante un monitor con resolución 4K UHD, tecnología QD-OLED y una tasa de frecuencia de refresco nativa de hasta 240 Hz. Samsung apuesta una vez más por la tecnología de panel que se incluye también en sus televisores de más alta gama (con permiso de los Neo QLED con resolución 8K). La matriz de puntos cuánticos junto a la tecnología OLED funciona de manera espectacular, y es algo que desde la compañía llevan demostrando estos últimos dos años.
El panel muestra los colores de forma completamente precisa y luce un nivel de contraste de otro planeta. Lógicamente, la propia naturaleza de la tecnología de su panel hace que el último punto mencionado sea posible, por lo que los negros profundos e hipnotizantes se siguen pudiendo disfrutar en este panel.
Uno de los puntos que también merece nuestra atención, sobre todo por el tipo de hardware del que se trata, es precisamente el brillo. El G80SD de Samsung ofrece una entrega de brillo mínimo de unos 200 nits, mientras que el brillo típico alcanza valores de unos 250 nits. Antes contábamos que Samsung había incorporado la tecnología de panel propia de sus últimos televisores premium, aunque con una diferencia notable: el brillo no alcanza los niveles presentes en sus Smart TVs.
Esto, por otra parte, es lógico, pues el uso que le damos a un monitor cuando jugamos no es el mismo que cuando disfrutamos de una película en un salón y con una pantalla más grande. A pesar de ello, los niveles son suficientes como para que podamos disfrutar de cualquier contenido en el monitor tanto en ambientes más oscuros como en aquellos más iluminados.
Sin embargo, merece la pena optimizar la iluminación de nuestro entorno antes de una larga sesión de juego en este monitor, ya que de lo contrario perderíamos gran parte de sus bondades en cuanto a calidad de imagen. Por ello mismo, si quieres jugar o ver contenido, baja un poco las persianas (sin pasarte) y optimiza los niveles de brillo de manera que puedas disfrutar de tus juegos y tus películas o series al máximo. Además, el panel tiene una capa antirreflejos, por lo que la dispersión de luz será un agravante de más si quieres ver contenido en este monitor en ambientes muy iluminados.
El Odyssey G80SD cuenta además con diversas opciones de disipación y cuidado del panel. Grábate esto a fuego: todo panel OLED va a acabar degradándose con el tiempo, esto es una máxima. El tiempo de uso y el polvo son factores que pesa a sus componentes internos y por tanto, en 10, 15 o 20 años, tu panel OLED no lucirá como el primer día. Pero no te desanimes, es algo completamente normal, se llama obsolescencia programada en un tipo de panel con el que hay que tener un especial cuidado.
Los fabricantes se han comido los sesos a lo largo de todos estos años para colar la tecnología OLED en monitores, pues los grafismos estáticos que pueden acabar quemando parte de su superficie es el pan de cada día en el uso de un monitor, así como un mayor tiempo de uso activo. Por ello, se añaden tecnologías de disipación activa y pasiva, así como una serie de algoritmos incorporados en el software para cuidar el panel y que aguante como un campeón.
Si usas de manera normal tu panel OLED sin excesos, no deberías de preocuparte demasiado. Samsung incorpora en este caso tecnologías de disipación dinámica, así como herramientas de diagnóstico, calibración y cuidado del panel para que nos aguante todo lo posible. Disfrutar de la tecnología OLED tiene un precio, pero cada vez es menos preocupante dada la calidad y optimización de los fabricantes ante estos paneles.
En las pruebas de uniformidad, nitidez, ángulos de visión y tiempos de respuesta que nos proporciona la herramienta gratuita Eizo Monitor Test, esta unidad no presentaba ningún tipo de defecto. El panel, al máximo brillo, mostraba el contenido de manera completamente uniforme y sin defectos de imagen. Bravo.
Eso sí, cabe destacar que, al igual que su fuente de alimentación, el monitor se calienta que da gusto, sobre todo a pleno rendimiento. Esto es completamente normal, aunque no deja de ser un detalle que merece la pena dejar por escrito. Según las especificaciones de Samsung, el monitor consume un máximo de 180 W a máximo rendimiento, mientras que el consumo típico ronda los 47 W.
El endgame de los entusiastas del videojuego
El monitor es compatible además con HDR10+, por lo que podrás disfrutar de contenido en alto rango dinámico ya sea a través de las aplicaciones de streaming desde Tizen OS, o desde tu ordenador. Jugar con el HDR activo en este monitor es una experiencia espectacular. Ten en cuenta que si usas Windows, deberás de activar el HDR desde los propios ajustes del sistema operativo. Sin embargo, algunos juegos también incluyen la opción de activar el HDR desde el propio menú.
En nuestras pruebas hemos podido disfrutar de títulos con un alto impacto visual como lo son Elden Ring, Helldivers 2, e incluso Baldur’s Gate 3. También hemos tenido ocasión de jugar a títulos competitivos como es el caso de Valorant. Honestamente, es un monitor sobrecualificado para este último tipo de juegos, aunque eso no significa que no puedas disfrutar de ellos en este monitor, sobre todo por su alta tasa de refresco y tecnología de VRR mediante AMD FreeSync Premium. Sus tiempos de respuesta también son endiabladamente rápidos, con niveles de 0,03 ms (GtG). Por ello, desde hace tiempo podemos decir que, escoger un monitor LCD de tipo TN para obtener mejores tiempos de respuesta (a costa de una calidad de imagen nefasta), es cosa del pasado.
Un monitor de estas características funciona de manera espectacular con aquellos juegos en los que la calidad gráfica sea un aspecto clave. Elden Ring no es el título más puntero a nivel gráfico, pero visual y artísticamente es una auténtica joya, y todos los colores y matices de las Tierras Intermedias, así como el Reino de las Sombras en su expansión Shadow of the Erdtree, lucen de manera espectacular. No es para menos, pues si estás dispuesto a invertir 1.300 euros en un monitor de 32 pulgadas, esperas que en lo visual te deje boquiabierto.
Un monitor todoterreno, también excelente para trabajar
En cuanto a la reproducción de contenido, hemos probado varias plataformas de streaming con películas y series. Al máximo de brillo y en un ambiente poco iluminado, este monitor puede encandilar a cualquier persona. Sin embargo, también cabe destacar el hecho de cómo se desenvuelve en periodos de ofimática. Honestamente, era el apartado que más me preocupaba y me alegra que Samsung lo haya atajado de manera sensacional.
Y es que los textos en este monitor se pueden leer de manera inmaculada, haciendo que trabajar con este monitor o navegar por Internet sea una auténtica gozada. Además, su panel de 31,5 pulgadas nos será más que suficiente para acoplar varias ventanas en cada rincón. Si sueles utilizar dos pantallas de 24 pulgadas para trabajar, con solo uno de estos te será más que suficiente según mi propia experiencia, aunque si no fuera por lo que cuesta cada uno de estos, tampoco me quejaría añadir otro a su lado.
Sonido sin sorpresas, pero sin decepciones
En lo que respecta al apartado de sonido, nada que destacar para ser honestos. Es decir, su sistema estéreo de 10 W de potencia aguanta el tipo sorprendentemente bien, pero poco más le podemos pedir. No es para menos, y es que es extraño hoy día que los fabricantes incorporen un sistema de sonido a la altura para sus paneles, pues se espera que el usuario invierta en un sistema de sonido independiente que acompañe a la asombrosa calidad de imagen de este tipo de paneles.
Los bajos son prácticamente inexistentes, pero en las frecuencias medias y agudos el monitor se desenvuelve mejor de lo esperado. Sus altavoces se sitúan justo debajo del panel, orientados en ángulo hacia abajo y acabando por rebotar hacia nuestros oídos.
Tizen OS rinde muy bien, pero quizás no es el hogar de un monitor gaming
El Samsung Odyssey G80SD, así como su hermano mayor (Odyssey OLED G95SD), incluye la última versión de Tizen OS. Esto significa que el monitor puede funcionar sin la necesidad de que le conectemos un ordenador, por lo que su funcionamiento sin PC también es idéntico a los Smart Monitor, solo que con una calidad de imagen y tecnologías de panel superiores. De esta manera, podríamos utilizar este monitor como si fuese un televisor de Samsung.
Tener Tizen en un monitor tiene sus cosas buenas y malas. Por un lado, cuentas con la posibilidad de enviar cualquier contenido desde tu teléfono móvil a través de casting, o la función MultiView para ver hasta dos fuentes de contenido de manera simultánea. También tienes un completo modo de juego para optimizar el comportamiento del panel mientras jugamos y múltiples modos de imagen para configurar aspectos como la temperatura de color, contraste, brillo, balance de blancos y otros parámetros de forma mucho más cómoda (más aún con el mando a distancia y no a través de un botón en el monitor).
Si tienes un teléfono de Samsung, también cuentas con la opción de usar tu móvil desde el monitor sin necesidad de PC, además de la herramienta integrada de calibración de panel para optimizar la pantalla de forma automática acorde a las condiciones lumínicas de tu entorno y el contenido que desees ver.
La experiencia de Tizen en general en este monitor es buena, ya que responde además de manera bastante fluida y nos permite descargar aplicaciones compatibles con el sistema operativo. Sin embargo, la distribución de sus menús y submenús cuando queremos configurar algún parámetro concreto en el panel puede hacerse algo confusa. Además, Tizen OS en un monitor enfocado al gaming puede convertirse hasta cierto punto en algo innecesario.
El panel principal de Tizen se divide en tres: Daily+; para tareas enfocadas en la ofimática y productividad, Gaming; centrado en todo lo que tenga que ver con el juego en la nube y configuración para juegos, y el menú de inicio habitual de Tizen. Esta experiencia puede ser algo molesta, sobre todo porque se podría haber reunido todo este contenido en un solo menú (o como mucho separar la parte gaming del resto). Además, antes de utilizar el monitor, tendrás que pasar por una configuración inicial similar a la de tu televisor para configurar la red WiFi, añadir una cuenta de Samsung, etc.
Eso sí, en lo que respecta a configurar parámetros de juego de forma rápida, tan solo hay que dejar pulsado el botón de play/pausa del mando y el panel de juego aparecerá en pantalla, pudiendo gestionar todos los parámetros destacados de esta vertiente.
Samsung Odyssey OLED G80SD, la opinión de Xataka
El Samsung Odyssey OLED G80SD es un monitor espectacular en cuanto a calidad de imagen. No es para menos, pues utiliza la última generación de paneles QD-OLED de Samsung, convirtiendo la experiencia de juego en algo único. La compañía ha puesto toda la carne en el asador en este aspecto, por lo que podríamos decir que se trata del endgame para todos aquellos que se puedan permitir este desembolso económico.
Su maravilloso rendimiento en este aspecto puede verse manchado si miramos en lo económico y en características que, hasta cierto punto, podrían haberse ahorrado, como es el caso de la inclusión de Tizen OS en un monitor para un público objetivo entusiasta de los videojuegos. Quizás en este aspecto, su hermano menor (Odyssey OLED G60SD) sea más equilibrado. Eso sí, como monitor todoterreno premium, cumple con creces.
Sea como fuere, es interesante ver cómo los monitores con tecnología OLED han irrumpido con cierto ruido en el mercado. Samsung ha ido mejorando su línea de monitores Odyssey hasta transformarlos en lo que vemos en esta nueva generación.
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Este dispositivo ha sido cedido para prueba por parte de Samsung. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.
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