Después de cuatro años y más de 130 denuncias por acoso sexual fue inhabilitado profesor de la Universidad Distrital

Un escándalo de violencia de género sacude a la Universidad Distrital: 131 estudiantes se unieron para denunciar a Carlos Julio Arrieta por acoso sexual y comportamientos inapropiados. La voz la levantaron desde el 2019, aunque ya habían pasado más de 20 años en los que las víctimas habían sufrido acoso de parte de su profesor.

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A pesar de las numerosas denuncias, el proceso de investigación y las medidas disciplinarias se vieron obstaculizadas. Por eso, solo tres años después del que inició oficial del proceso disciplinario se pudo concretar una acción: Carlos Julio Arrieta fue despedido de su cargo en la universidad y se le ha prohibido ejercer como servidor público durante los próximos 17 años.

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La Procuraduría General inició la investigación disciplinaria en 2020; sin embargo, se han levantado críticas sobre la dilación del proceso. Además, se ha señalado la falta de un enfoque de género adecuado y el escaso cuidado hacia la comunidad educativa afectada.

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Cuando se le abrió el proceso disciplinario el Ministerio Público dijo: “El investigado presuntamente realizó objetivamente una descripción típica consagrada en la ley como delito”.

El abogado de Arrieta durante dos años, ha sido acusado de revictimizar a las sobrevivientes del acoso. De acuerdo con información del medio Somos Jacarandas, la defensa ha adoptado una postura polémica, argumentando frases como: “Eso no es acoso”, “Cómo la van a acosar si es lesbiana” y “Esas invitaciones no eran sexuales”. Estos comentarios han generado indignación y han suscitado críticas hacia la forma en que se aborda el acoso sexual en instituciones educativas.

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Las víctimas han expresado su frustración por la necesidad de proporcionar 41 testimonios, someterse a tres años de proceso y realizar denuncias masivas para que finalmente se les crea. Muchos sostienen que, de haber actuado de manera inmediata, la universidad podría haber evitado que esta situación se prolongara.

En junio de 2021 algunos testimonios de víctimas de acoso se divulgaron en redes sociales y medios de comunicación. Semana conoció en ese momento relatos que describían el comportamiento inusual de este docente que daba clases de matemáticas en la Universidad Distrital.

“En una ocasión que fui vestida con falda, me hizo sentar en la primera fila del salón y no se retiró de mi lado. Cuando me quise cambiar de lugar, me dijo que si lo hacía, me salía del parcial que estaban desarrollando”, contó una de las mujeres.

Otro de los relatos tiene como prueba una captura de pantalla de conversaciones de WhatsApp que conoció el mismo medio y dice: “¿Cómo obtienes esos dotes de fotogénica? Me avisas, y nos encontramos”. Mensajes de este tipo los recibió la misma estudiante entre junio de 2017 y hasta julio de 2019. En otra ocasión le escribió: “¿Cuándo regresas? Para verte y hablarte. Te me desapareciste y yo queriendo que habláramos un poquito. ¿Cambiaste de perfil? Dejamos la invitación para otro día, siempre quiero que estés bien”.

Las personas afectadas coinciden en reconocer que no presentaban denuncias debido al temor al profesor y al miedo de represalias dentro de la universidad. Entre otras razones porque el docente acostumbraba a afirmar, tanto en reuniones como en momentos más informales que ostentaba gran poder en la institución, comunicándoselo de manera explícita a sus estudiantes. Además, no dudaba en enviarles mensajes simultáneos, generando un ambiente intimidante y desfavorable para aquellos que pudieran considerar presentar denuncias en su contra.