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¿Qué es una persona o inversor “normal”? No, no me refiero a alguien que invierte en acciones, bonos o fondos mutuos. Me refiero a alguien que invierte en criptomonedas, esos objetos digitales que fluctúan como un sube y baja, que puede pasar de la alegría a la tristeza en un instante.
Por lo general, un inversor “normal” es alguien que en el fondo no tiene ni idea de lo que hace, pero que le encanta hacerlo. Es alguien que se deja llevar por las emociones, los rumores y las modas. Y, sobre todo, por las redes sociales. Es alguien que compra cuando todo el mundo compra y vende cuando todo el mundo vende. Es alguien que no tiene una estrategia, un plan o un objetivo. Es alguien que espera hacerse rico de la noche a la mañana, sin importarle los riesgos o las consecuencias.
En el espacio cripto, un inversor normal promedio es, por ejemplo, un hombre joven con grandes aspiraciones, alta tolerancia al riesgo y muy activo en las redes sociales. Hechizado por la ignorancia confiada e inspirado por su influencer favorito, este personaje es alguien que tiene suficiente dinero para destinar una parte a la especulación, sin preocuparse por el resto. Es alguien que se cree más listo que los demás, que piensa que ha descubierto el secreto del éxito. Es alguien que se siente parte de una comunidad, de una revolución, de una historia.
El mercado cripto está repleto de estos personajes. Y yo los admiro, porque son valientes, divertidos y originales. Pero también me conmuevo por ellos, porque son ingenuos, imprudentes y vulnerables. Porque tarde o temprano, el mercado les dará una lección que no olvidarán. Porque ser un inversor “normal” no es fácil, ni seguro, ni rentable. Porque ser un inversor normal es, en el contexto de este artículo, ser un amateur.
Un inversor profesional sabe mucho de finanzas, tiene experiencia en invertir y decide con cabeza. Un inversor amateur, por lo general, no tiene ni idea, se deja llevar por lo que siente, lo que oye o lo que está de moda. Un inversor profesional también se adapta a las circunstancias, sabe cuándo comprar y cuándo vender, incluso cuando todo va mal. Un inversor profesional solo quiere ganar, ganar y ganar, y se olvida de que a veces se pierde. Además, un inversor profesional es modesto y realista, reconoce sus errores y aprende de ellos. Un inversor amateur es engreído y fantasioso, se cree el mejor y no escucha a nadie. Estas cosas hacen que, al final, un inversor profesional gane más dinero y un inversor amateur lo pierda.
Ahora bien, ¿qué piensa la gente de las criptomonedas? Pues depende de a quién le preguntes. Hay de todo, desde los que las adoran hasta los que las odian, pasando por los que no saben ni lo que son.
Según un estudio, solo el 16% de los estadounidenses ha invertido en criptomonedas. De ellos, la mitad dice que ha ganado dinero y la otra mitad que lo ha perdido. Así que, en la práctica, según la experiencia del público, no hay una respuesta clara sobre si las criptomonedas son rentables o no.
Los que las adoran dicen que son la mejor cosa que le ha pasado al mundo. Que son más seguras que el dinero de papel, que son más rápidas que los bancos y que son más libres que los gobiernos. Que son el dinero del futuro, el dinero de la gente, el dinero que cambiará el mundo.
Los que las odian dicen que son una mentira. Que su valor cambia cada segundo, que se usan para cosas malas y que no tienen ningún respaldo. Que son una burbuja, una moda, una ilusión.
Los que no saben ni lo que son dicen que les da igual. Que ellos siguen usando el dinero de siempre, el que se puede tocar, el que se acepta en todas partes. Que ellos no se meten en líos, que ellos no se arriesgan, que ellos no se complican.
En fin, la opinión pública sobre las criptomonedas es muy variada.
¿Cómo se pasa de ser un simple curioso a ser un fanático de Bitcoin? Pues no es tan difícil, solo hay que seguir unos pasos. Aquí te los explico:
Paso 1: Escuchar sobre Bitcoin. Un día, alguien te habla de Bitcoin, una moneda digital que no depende de ningún banco ni gobierno, que se puede enviar y recibir por internet, y que vale una fortuna. Te pica la curiosidad y decides investigar un poco más.
Paso 2: Comprar Bitcoin. Después de leer algunos artículos y ver algunos vídeos, te convences de que Bitcoin es el futuro y que tienes que aprovechar la oportunidad. Te creas una cuenta en una plataforma de intercambio, transfieres algo de dinero y compras tus primeros bitcoins. Te sientes emocionado y orgulloso de tu decisión.
Paso 3: Ver el precio de Bitcoin. Ahora que eres un inversor en Bitcoin, te vuelves adicto a mirar el precio de Bitcoin cada minuto. Te alegras cuando sube y te angustias cuando baja. Te obsesionas con las noticias, los rumores y las predicciones sobre Bitcoin. Te olvidas de otras cosas más importantes, como tu familia, tu trabajo o tu salud.
Paso 4: Convertirte en un fanático de Bitcoin. Llega un momento en que ya no te basta con tener Bitcoin, sino que quieres que todo el mundo lo tenga. Te vuelves un evangelista de Bitcoin, que intenta convencer a todos tus amigos, familiares y conocidos de que se unan a la revolución. Te identificas con una comunidad de entusiastas que comparten tu visión y tus valores. Te crees superior a los que no entienden o no aceptan Bitcoin. Te vuelves intolerante y dogmático.
Y así, sin darte cuenta, te has convertido en un fanático de Bitcoin. ¿Te suena familiar?
Claro que no todos los que invierten en Bitcoin terminan siendo fanáticos. Algunos después de perder mucho dinero y se vuelven escépticos. Ya no quieren saber nada de Bitcoin ni de las criptomonedas. Se sienten engañados y frustrados.
Pero hay otros que aprenden de sus errores y cambian de actitud. Dejan de ser fanáticos y se vuelven más moderados y racionales. Se toman las cosas con más calma y con más criterio. Ven los pros y los contras de Bitcoin. Aprovechan las oportunidades y evitan los riesgos. En otras palabras, poco a poco, dejan de ser amateurs y se convierten en unos pros.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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Según es.cointelegraph.com
