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Los agujeros negros son objetos astronómicos tan misteriosos como intrigantes. Sabemos que poseen una fuerza gravitatoria tan fuerte que ni siquiera la luz puede escapar de ella y que parte de la materia que orbita cerca de su horizonte de eventos puede ser expulsada en forma de chorros de partículas que se mueven a velocidades cercanas a la luz.
Sin embargo, todavía tenemos mucho que aprender. Uno de los grandes desafíos es entender la dinámica detrás de estos chorros de plasma. Recientemente, un equipo internacional liderado por el científico chino Yuzhu Cui, en el que ha participado el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), ha dado un importante paso.
Un agujero negro cuyo eje de rotación del disco de acreción cambió
Los investigadores han basado sus hallazgos publicados en Nature en más de 20 años de datos científicos recopilados por Event Horizon Telescope, un conjunto de radiotelescopios terrestres distribuidos en diferentes partes del mundo utilizado para estudiar detalladamente el agujero negro M87, que pudo ser fotografiado en abril de 2019.
Ahora se ha podido comprobar que el chorro de plasma que emerge del agujero negro oscila de arriba hacia abajo unos 10 grados. Estos datos, según el estudio, han permitido confirmar que M87 gira y que posee un ciclo de precesión de alrededor de once años, tal como establece la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein.
Los datos, tamizados a través de una “simulación teórica de última generación”, sugieren que el eje de rotación del disco de acreción del agujero negro se desalineó con el giro del disco de acreción dando lugar a la mencionada dinámica, fenómeno que vemos representado en la imagen generada por ordenador de la portada del artículo.
En el documento científico también se ha incluido un gráfico de la estructura de un chorro con datos recopilados entre 2013 y 2018. En la esquina izquierda de cada imagen observamos el período de tiempo comprendido, mientras que las flechas blancas indican la posición del chorro en cada subtrama.
Ahora sabemos un poco más acerca de los agujeros negros supermasivos, pero, como decimos, queda mucho por descubrir. Los investigadores todavía no tienen métricas exactas acerca de la estructura del disco de acreción y el giro de M87. La buena noticia es que la investigación continúa, por lo que pronto podríamos volver a sorprendernos.
Imágenes: IAA-CSIC
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Segun xataka.com