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Si quieres crear una startup, tienes que saber que no es solo una empresa, sino una organización humana con valores y metas. Y para que tu startup tenga éxito, necesitas generar confianza. ¿Cómo se hace eso?
Pues hay dos requisitos básicos. El primero es tener capacidad, habilidad y talento. No basta con tener una buena idea, hay que saber ejecutarla y resolver los problemas que surjan. El segundo es tener reputación de ser un rey midas. Es decir, que todo lo que toques se convierta en oro. Es decir, que tus clientes, inversores y socios te vean como alguien que sabe crear valor y generar beneficios. Es decir, que seas como Batman con la popularidad de una estrella de rock.
Todos conocemos a los grandes emprendedores del mundo, como Steve Jobs, Bill Gates, Jeff Bezos o Elon Musk. ¿Qué tienen en común? ¿Qué les hizo pasar de ser unos desconocidos a unos genios? ¿Una idea? Bueno, sí. Pero no solo eso. Porque ideas hay muchas, y la mayoría se quedan en el cajón de los sueños. Lo que realmente marca la diferencia es saber vender esa idea. Y para eso, hay que convencer a los que tienen el dinero: los bancos y los capitalistas de riesgo.
Ellos son los que pueden financiar su proyecto y hacerlo realidad. Pero no se dejan engañar fácilmente. Tienen que demostrarles que su idea es buena, que resuelve un problema, que tiene mercado y que puede crecer. Y también tienen que demostrarles que ustedes y su equipo son especiales, que tienen pasión, visión y experiencia.
Elon Musk es el hombre más rico del mundo, pero no porque sus empresas ganen dinero. De hecho, la mayoría de ellas pierden dinero. Pero eso no le importa a nadie. Lo que le importa a todo el mundo es que Elon Musk es un genio que sabe lo que va a pasar en el futuro. Y los inversores se lo creen. Por eso, cada vez que crea una empresa, los inversores compran sus acciones como si fueran churros. Y así, las valoraciones de sus empresas se disparan. Él se dedica a crear más empresas. Entonces, al sumar todas las valoraciones, resulta que es el hombre más rico del mundo.
¿Cómo lo hace? Pues porque los inversores están convencidos de que Elon Musk tiene la capacidad de Batman y la popularidad de una estrella de rock. ¿Tiene sentido? Pues no mucho. Pero así es el mundo de las startups.
Imaginemos que tengo una idea genial y creo una empresa para llevarla a cabo. En la primera ronda de inversión, consigo que participen Elon Musk, Peter Thiel, Jim Breyer y Lee Jared Fixel. La noticia se filtra y Microsoft y Google también se apuntan. Y el precio de la acción se dispara hasta alcanzar una valoración de casi 500 millones de dólares en cuestion de horas. ¿Qué importa que la empresa no tenga ni muebles ni clientes? Ya es un éxito financiero. La empresa vale lo que la gente cree que vale. Y los inversores de hoy piensan así. Si estos titanes apuestan por ella, es que vale. Así que voy a comprar acciones como si se fueran a acabar.
Ahora imaginemos que ya tengo una empresa con una idea genial y unos inversores de lujo. El siguiente paso es conseguir un equipo talentoso y crear un producto genial que cumpla las expectativas del público. Con todo ese ruido, atraigo a más inversores que suben mi valoración. Luego, los primeros inversores me presionan para que salga a la bolsa. Es decir, que las acciones se vendan al público. Y así, ellos pueden cobrar las ganancias de su inversión inicial. El entusiasmo de los pequeños inversores beneficia a los grandes. Y así es como triunfa Elon Musk. Los pequeños inversores lo adoran. Y están dispuestos a darle dinero como si fuera un profeta.
¿Cómo ganar confiabilidad? No es fácil, pero hay algunos trucos que puedes usar para mejorar tu imagen. Por ejemplo, el lugar donde te encuentras influye mucho. Si estás en Silicon Valley, en Berlín, en Londres o en Hong Kong, tienes una ventaja significativa respecto a si estás en Caracas o en La Paz. La gente te tomará más en serio si dices que trabajas en una startup innovadora que si dices que vendes dulces en la calle.
La gente que te rodea también cuenta. Si tu equipo tiene grandes nombres y tus inversores son unos pesos pesados, eso te aporta credibilidad. Y si tu narrativa se alinea con algo que está de moda, mejor aún. Todo el mundo querrá saber de ti si dices que estás creando la próxima revolución tecnológica, ecológica o social. Elige bien tu ubicación, tu equipo y tu discurso, y verás cómo ganas confiabilidad. Eso sí, no te olvides de ofrecer un buen producto o servicio, porque al final eso es lo que importa.
Claro que una startup exitosa no es solo un espectáculo. Es una innovación que crea una solución que ofrece un valor único a los clientes. Para lograrlo, hay que responder a las siete preguntas de Peter Thiel en su libro Zero to One: ¿Puedes crear una tecnología revolucionaria? ¿Es el momento adecuado para lanzar tu negocio? ¿Puedes dominar un mercado pequeño y luego expandirte? ¿Tienes el equipo adecuado? ¿Tienes una forma de distribuir tu producto? ¿Podrás mantener tu posición en el futuro? ¿Has descubierto un secreto que nadie más ve? Si dices sí a todo, tienes más chances de cambiar el mundo. Pero no es fácil: se necesita trabajo, creatividad y visión. Y recuerda: lo que importa no es lo que sabes, sino lo que haces con lo que sabes.
En el contexto actual, conseguir financiamiento para una startup no es pan comido. Los inversores están más cautos que nunca y no quieren arriesgar su dinero en proyectos inciertos. Pero tampoco hay que perder la esperanza. Todavía hay oportunidades de vender una idea que sea innovadora, atractiva y rentable. Y todavía hay inversores dispuestos a apostar por un futuro diferente y mejor. Lo importante es saber cómo presentar tu propuesta, cómo demostrar tu valor y cómo convencer a tu audiencia. No es fácil, pero tampoco imposible. Solo hace falta tener una buena idea, un buen equipo y una buena actitud. Y un poco de suerte, claro.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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Según es.cointelegraph.com
