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“Algunos me dicen ‘no quiere ser, si se va a pasar un mes en Qatar y después se va a pasar otro mes en Cumelén’. Esa es la manera de construir política de él, que es una celebrity. Una celebrity hace la política del celebrity. Está donde tiene que estar y no le entra una bala. Por celebrity”.
Faltaban días para que terminara el último noviembre y el periodista Jorge Asís profetizaba en un reportaje publicado en Infobae quién sería, tres meses y una Copa del Mundo después, Mauricio Macri: una celebridad coqueteando con una candidatura, por ahora, incierta. De algún modo, es la otra cara de Cristina Kirchner, que por otros motivos tampoco se resigna a desempeñar la ingrata y anodina tarea de ser ex.
Después de días de navegar desde Cumelén, en Villa La Angostura; las oficinas de la Avenida Libertador, en Vicente López; y en la Capital Federal, las aguas turbulentas de la interna de Juntos por el Cambio, el ex presidente sacudió la campaña con una foto que impactó con fuerza en la oposición y también en los sectores de más rabioso kirchnerismo.
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La imagen de Macri sonriente con el capitán campeón del mundo, el ídolo Lionel Messi, su esposa Antonela Roccuzzo, y Emiliano “Dibu” Martínez y su esposa Mandinha Martínez, minutos después de conquistar ambos el premio The Best, se multiplicó en televisión, redes sociales y portales de noticias y alentó a los que lo promueven candidato.
“Felicitaciones a Leo, Antonela, Dibu y Mandinha por esta noche muy especial. Gracias a Scaloni y gracias a todo el equipo. Qué orgullo nos han hecho sentir de ser argentinos estos muchachos!”, publicó Macri en sus redes sociales y cosechó más de 160 mil “me gusta”, y saludos de famosos varios, entre ellos Susana Giménez.
La imagen generó una fuerte repercusión hacia adentro del PRO, que interpretaron su difusión en clave electoral. Macri venía de posar con María Eugenia Vidal delante de un cartel de “Vidal Presidente”, de publicar un frío mensaje a favor de la sana competencia por Horacio Rodríguez Larreta y de reunirse, sin foto, con Patricia Bullrich. “En Europa, Mauricio está campaña”, reconocía en estricta reserva una fuente partidaria.
A la foto de París, donde se realizó la ceremonia de entrega de los premios que organiza la FIFA, se le sumó anoche otra, con menos masividad, pero de una importancia clave en la política internacional: “Hace un rato comimos en Bolonia con Romano Prodi, uno de los constructores de la Europa moderna y una persona que admiro mucho. Un verdadero estadista, demócrata e innovador, además de un tipo encantador”, difundió el ex presidente en su cuenta de Instagram.
Prodi es uno de los hombres más respetados y valorados por la política italiana, y tiene un fuerte predicamento en las instituciones del Viejo Continente. En los cinco años que ejerció la presidencia de la Comisión Europea, se le reconoce la puesta en marcha del euro como moneda única y la ampliación y consolidación política y jurídica de la Unión.
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En esa ciudad del norte de Italia, Macri dará hoy una cátedra de liderazgo en la Escuela de Negocios (BBS) de la Universidad de Bolonia, la más antigua del continente. A las 14 (hora argentina) en Villa Guastavillani, el ex presidente hablará sobre su experiencia en los diversos cargos que ejerció, tanto en el ámbito privado corporativo de las empresas del Grupo Socma, como en el deportivo como presidente de Boca Juniors y, luego, como jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires y presidente de la Nación.
En la página oficial de la Escuela de Negocios de la universidad se destacó en la convocatoria a la cátedra el siguiente mensaje: “Ser líder significa enfrentarse al cambio, desarrollar una visión de futuro que no descuide el aspecto estratégico para lograrlo. El liderazgo implica una fuerte disposición para la motivación y la inspiración. Estas son características fundamentales para un líder que quiere empujar a las personas a ofrecer su contribución en una perspectiva colaborativa y compartida. El liderazgo es un proceso continuo en el que la implicación y la escucha de los demás juegan un papel fundamental”.
Se trata de mucho de lo que Macri transmitió en su último libro “Para qué”, en el que no sólo transmitió sus experiencias, sino que también planteó los desafíos y su mirada sobre lo que tiene que ser y hacer el próximo gobierno de Juntos por el Cambio.
Ese rol, que mezcla en partes desiguales funciones de mentoría, arbitraje y de gran elector, es lo que genera mayor tensión dentro de Juntos por el Cambio, donde Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y Vidal (por el PRO), Gerardo Morales y Facundo Manes (por la UCR) y Elisa Carrió (por la Coalición Cívica) se anotaron como posibles precandidatos.
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Es que Macri, tanto con las fotos de alto impacto como en las reuniones que lo sumergen en la interna de una intendencia del conurbano o en la definición del candidato a gobernador, termina siendo juez y parte. Al estirar la indefinición de ser o no candidato, la coalición opositora no despeja el factor de incertidumbre de una enrevesada ecuación sin resultado.
Esa ambigüedad va a seguir alimentada con las dos últimas estaciones de su virtual gira europea, antes del regreso, cerca del 20 de marzo, para zambullirse en el tramo decisivo de la interna.
Está invitado a Ferrari, la mítica marca de Maranello, que supo ser visitada por Carlos Menem en los 90, en la época, casualmente, de otro Mundial -el de Italia- donde la Selección de Diego Maradona logró un electrizante subcampeonato.
De ahí, el ex presidente Macri se trasladará a Zurich, donde cumplirá una agenda vinculada a su condición de presidente de la Fundación FIFA, que aplica diversos programas en materia de educación, inclusión y desarrollo social.
Según la página oficial, la Fundación FIFA tiene “el objetivo de movilizar el poder positivo del fútbol para mejorar vidas; abordar los problemas sociales que afectan a los jóvenes, empoderar a las mujeres y a las niñas para que jueguen al fútbol y desarrollen todo su potencia; reparar la infraestructura deportiva dañada o destruida; apoyar la educación a través del fútbol; y utilizar algunos de los iconos más famosos del deporte para llegar a millones de personas en todo el mundo con mensajes positivos para hacer así un mundo más inclusivo”.
Después de eso, volverá a la Argentina. Evocando a Jorge Asís, “esa es la manera de construir política de él, que es una celebrity. Una celebrity hace la política del celebrity y está donde tiene que estar”.
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Según infobae.com
