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El teletrabajo y la semana laboral de cuatro días sin reducción salarial constituyen los elementos con mayor potencial transformador en el ecosistema del trabajo. En el primer caso, el trabajo a distancia no está atravesando su mejor momento , pues a pesar de los estudios que señalan sus ventajas para empresas, trabajadores y medioambiente, el presencialismo va poco a poco ganando el terreno que había perdido por la pandemia.
En el segundo caso, la jornada laboral de 32 horas semanales está siendo probada en muchos países del mundo, especialmente en Europa occidental, región que está “liderando” las pruebas de este nueva organización del trabajo según reconoció el psicólogo Adam Grant en el Foro de Davos. Sin embargo, existen muchas dudas acerca de la semana de cuatro días, especialmente a su aplicación en toda la economía.
Sectores que mejor se adaptan. En un artículo publicado por la BBC el pasado 26 de enero, Joe O’Connor, director de Work Time Reduction Center of Excellence, equipo de investigadores que analizan el impacto de la reducción de la jornada de trabajo, afirmó que la semana laboral de cuatro días estaba despegando en sectores como el tecnológico, el de desarrollo software, las TIC, las finanzas o los servicios profesionales como el marketing.
Los bufetes de abogados se suman. Se trata de ámbitos en los que se trabajaba tradicionalmente de forma presencial pero que, ahora, han implementado el teletrabajo de forma completa o parcial mediante un régimen híbrido. Aún así, O’Connor añadió que en sectores donde el concepto de ‘horas facturables’ (si se trabaja menos horas se pierden clientes) está muy arraigado, como en las consultoras o los bufetes de abogados, algunas empresas ya empiezan a implementar la semana laboral de cuatro días priorizando el tipo de proyectos a la cantidad de los mismos.
Los datos lo confirman. Efectivamente, hay estudios que dan la razón a O’Connor. Según el informe ‘Evaluación de pruebas experimentales sobre la reducción del tiempo de trabajo sin disminución del salario’, 12 de las 33 compañías que participaron en el ensayo coordinado por la organización 4 Day Week Global pertenecían a los sectores de las Telecomunicaciones, las Tecnologías de la Información y de la administración de empresas.
Otras 9 firmas correspondían al sector de los llamados ‘servicios profesionales’, donde normalmente se incluyen a consultoras, bufetes de abogados y agencias de marketing. Es decir, el 63% de las empresas que formaron parte de aquel ensayo pertenecían a los sectores señalados por el director de Work Time Reduction Center of Excellence.
Dificultades en otros sectores. O’Connor apuntó, además, que su centro había detectado firmas de la hostelería que habían implementado la semana laboral de cuatro días. Sin embargo, en este punto reside una de las grandes dudas en relación a la jornada semanal de 32 horas sin reducción salarial. Como señaló Emily Leeming, abogada del bufete británico Harrison Drury, la reducción horaria en un ámbito tan vinculado a la demanda inmediata de los clientes podría afectar a la capacidad de las firmas para atender al público.
Hay que coordinarse. Por otro lado, Pedro Gomes, profesor de Birkbeck University of London y coordinador del ensayo de la semana laboral que se realizará este año en Portugal, reconoció en declaraciones a la BBC la dificultad para muchas empresas de cerrar el viernes, al tener que coordinarse con clientes y proveedores.
La comunicación es clave. Por ello, señaló que, en estos casos, una posibilidad para establecer la semana laboral de cuatro días es proporcionar diferentes días libres a los trabajadores, para así mantener la empresa abierta durante cinco días semanales. Además, Gomes indicó que para llevar a cabo una medida similar, es preciso contar con procesos comunicativos desarrollados.
Las pymes se adaptan mejor. En este sentido, las grandes corporaciones, si bien tienen la capacidad financiera para implementar la semana laboral de cuatro días, poseen estructuras muy rígidas que no permiten el cambio. Por el contrario, las empresas más pequeñas sí están más capacitadas para ello: “En la práctica, vemos más pequeñas y medianas empresas probando la semana laboral de cuatro días porque son más ágiles y, normalmente, tienen un CEO que sabe exactamente cómo impactará el cambio en todo su negocio”, afirmó Gomes.
De hecho, la mayoría de las empresas interesadas en el proyecto piloto de Portugal son de pequeña dimensión. Adicionalmente, el ensayo que anunció el Ministerio de Industria el 16 de diciembre de 2022, está enfocado a las pymes.
Imagen: Pixabay
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