La disrupción del sector financiero ha sido impulsada por la aparición de instituciones que ofrecen soluciones descentralizadas. Las facilidades y mejores costos que trajo el nuevo modelo de fintechs le quitaron dinero a los bancos y grandes fondos, lugares de donde históricamente no había posibilidad de salir.
Los bancos digitales recortan tarifas y ponen sus servicios dentro de los teléfonos celulares, en la palma de la mano de las personas, ahorrando a los usuarios colas interminables. El modelo innovador ha ganado millones de clientes en todo el mundo durante los últimos cinco años. Ahora no piensan volver a los “bancos”.
Para el CEO de BlockBR, Cássio Krupinsk, a pesar de la caída del mercado en 2022, los criptoactivos no deberían retroceder. Afirma que la tendencia es convertirse en una parte cada vez más importante de las carteras de activos de las personas, especialmente de las nuevas generaciones. Cássio también comenta que Brasil es uno de los cinco mercados de criptomonedas más grandes del mundo. La cantidad de personas que invierten en algún tipo de activo digital, como tokens y criptomonedas, ya supera los 10 millones en el país: más del doble de la cantidad de CPF registrados en B3.
“Ahora el reto de estas empresas virtuales está cambiando. Ya consolidadas como instituciones, necesitan mantener el crecimiento (tras el boom de la captación de clientes) y afrontar los cuellos de botella de la falta de regulación del sector”, comenta el CEO.
Por un lado, las transacciones financieras descentralizadas crecen por sus ventajas para el consumidor; por otro lado, con la Web 3.0 aparecen nuevas fronteras relacionadas con la descentralización, ya que el origen de los activos aún corresponde al universo centralizado. A pesar de la migración parcial de la riqueza, los bancos aún poseen la mayor parte. Así, surgen desafíos técnicos y normativos que van más allá de simplemente complacer al cliente.
“Esta es la paradoja de los nuevos tiempos: si bien la descentralización promueve la democratización de los servicios financieros, aún depende de la ley para evolucionar. Los grandes bancos fueron incapaces y desinteresados de poner la tecnología al servicio de las personas, pero aún mantienen la fuente del dinero. Esta inconsistencia debe detener la fluidez del mercado hasta que se produzca la legalización de los medios oficiales, como el Banco Central”, dice Casio.
Por un lado seguramente será más difícil para las entidades financieras tradicionales avanzar en los servicios digitales con la misma rapidez, autonomía e innovación que las fintech. Por otro lado, estas fintechs tardarán un tiempo en alcanzar el mismo volumen financiero que los bancos.
Cássio Krupinsk, CEO de BlockBR
El futuro está en el desarrollo de productos y soluciones para clientes en el entorno de la innovación y, en este sentido, los criptoactivos deben ir más allá: serán formas de pago cada vez más recurrentes.
A pesar de ser un momento más desafiante para las fintech, lo que mueve el mercado no cambiará. Todos quieren libertad de elección y condiciones competitivas para invertir, obtener crédito o simplemente ahorrar dinero.
“El futuro tiene un sólo camino: descentralizar todo y dar más poder a las personas, pero para eso es necesario regular un abanico de posibilidades que surgen cada día permeadas por la tecnología”, apunta Cássio Krupinsk.
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